Los dueños del edificio de Tetuán solo ofrecen una semana de hotel a sus inquilinos, pero si no denuncian a Generali.
Un total de 600 euros (la fianza) y alojamiento en un hotel hasta el 31 de agosto. Esta es la solución que aportaron, en presencia de su abogado, los propietarios del edificio derrumbado el pasado martes en la calle de Amalia, 1, esquina con Bravo Murillo, a los inquilinos del inmueble. En la reunión, concertada durante la mañana de ayer, en la calle del Conde Peñalver, 30, y por turnos, se impuso una condición a los residentes: renunciar al derecho de acudir a Generali Seguros, la entidad de la comunidad, para reclamar las consecuencias económicas del terrible siniestro.
Los vecinos, consternados, y con la recomendación del Ayuntamiento, denegaron en rotundo la propuesta, tildándola de «insuficiente». «¿Y qué vamos a hacer luego?, ¿qué tipo de solución es esa?», se preguntaba uno de los afectados del derrumbe de Tetuán, que admitía que no entendía «nada» de lo que estaban haciendo los caseros ni de cómo estaban administrando el problema.
Los residentes, que reconocieron a ABC haber firmado un contrato de alquiler con la propietaria, por lo que se encontraban en una situación legal, serán alojados a partir del 31, supuestamente, en un hotel en Plaza de Castilla o en Cuatro Caminos. Todo dependerá de la situación personal de cada uno y de cómo se desenvuelva el asunto de aquí a final de mes.
Los técnicos municipales confirmaron que las únicas viviendas que podrán ser rehabitadas, técnicamente, serán las de la letra C. La causa del derrumbe salió a la luz apenas tres días después del siniestro; la demolición de un muro de carga, en 1958, colapsó el inmueble situado en el barrio de Tetuán, según confirmó el informe técnico del Ayuntamiento de Madrid. La eliminación de un machón de la planta baja para ampliar el escaparate del local «sobrecargó las mochetas contiguas» por el peso de la «vertical del hueco de escaparate abierto».
Soluciones personalizadas
Marta Higueras, la lugarteniente de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y concejal de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, ha acudido diariamente a visitar a los vecinos, que se encuentran instalados en el NH de la calle de Príncipe de Vergara. Además, la número dos de Carmena, tras el encuentro matutino de los inquilinos con los propietarios, habló personalmente con los caseros, hacia las nueve de la noche. Más tarde, se reunió con los vecinos, para estudiar caso por caso y empezar a buscar soluciones personalizadas, ya que cada caso requiere una «atención y un remedio muy diferente». Eso sí, fuentes municipales explicaron que nadie se va a quedar en la calle, por lo que se abre un abanico de posibilidades que va desde ayudarles a rehacer su documentación (todos son extranjeros y han perdido sus papeles bajo los escombros) a un alquiler social o un alojamiento temporal en un edificio público.
Los enseres que han podido recuperar los afectados, según informa Ep, se encuentran amontonados y las lluvias de la madrugada del sábado provocaron que Higueras considerase que no se reunían las condiciones de seguridad oportunas para que los vecinos buscasen entre los escombros, por lo que se hallará otra forma de que puedan recuperar sus bienes.
Mañana se reunirán con Generali Seguros y el Samur Social, que les ha visitado durante toda la semana, y les han indicado que deben presentar sus necesidades por escrito o por teléfono. También recomendó que los que aún no se hayan empadronado lo hagan. En el encuentro tratarán de llegar a un acuerdo y poner solución a algo, que, definitivamente, «está siendo una pesadilla de principio a fin».
Caso distinto a Carabanchel
De momento, poco se sabe sobre como terminará el asunto. Únicamente que el seguro que tienen contratado los propietarios del edificio no cubrirá los gastos del desplome. Suerte distinta corrieron los vecinos del edificio derrumbado a principios de agosto en la calle de la Duquesa de Tamames, 5, en Carabanchel. La aseguradora del inmueble asumió como «medida excepcional» el pago del 100% del valor del edificio y de cubrir los gastos de los desperfectos ocasionados en el número 7, pese a que la póliza de la comunidad de vecinos no tenía contratada la cobertura por causas estructurales.
El arquitecto Luis Jurado admitió que las Inspecciones Técnicas de Edificios deberían ser «más intensas» y no centrarse en una simple «inspección visual». Hizo hincapié en la necesidad de «concienciar del mantenimiento de los edificios», ya que de dejarlo en el tiempo se llegará a «reparaciones más graves y costosas».
Fuente de la noticia: ABC